Algo que a simple vista a los mayores nos resulta tan sencillito supone para nuestros peques una meta muy difícil: aprender reglas de un juego, no sólo aprender sino también recordarlas; respetar el turno (con lo complicado es aguantar las ganitas hasta que me vuelve a tocar tirar el dado) etc...
Este año, la seño ha comprado unos juegos muy chulis de animalitos y estamos aprendiendo todos esos aspectos con pequeños bingos de imágenes, paneles de asociación, torres con dados... Mirad, mirad:
Los juegos no solo sirven para distraer y divertir a los niños, además influyen en su aprendizaje y en su adaptación social. Los juegos de mesa pueden ser muy educativos y ayudan a que el niño desarrolle sus capacidades motoras, mentales y sensoriales.
Pero además tienen otras importantes ventajas:
- Tolerar la frustración. Los juegos de mesa obligan a los niños de una forma divertida a cumplir las reglas del juego; a tener paciencia y esperar su turno; a trabajar en equipo y compartir con otros niños la actividad; afrontar los fracasos y la frustración y también a mejorar su autoestima a través de los logros.
- Fomentar la memoria, la creatividad y la concentración. Los juegos de mesa además educan. Permiten al niño desarrollar su pensamiento lógico y matemático; con algunos juegos pueden practicar vocabulario o aprender nuevas palabras y conocimientos; otros ayudan a mejorar la memoria, la creatividad o la concentración
Así que ya sabéis... ya tenéis plan para una tarde de lluvia.
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